¿Por qué la piel se queda fina?
Se considera que a partir de los 20 años nuestra piel pierde un promedio del 1% de las fibras de colágeno anualmente. Es por esto que a medida que cumplimos años y normalmente rondando los 40 empezamos a apreciar cierta falta de tono y flacidez en determinadas regiones faciales y corporales. El envejecimiento, la genética y la exposición solar (fotoenvejecimiento acelerado) pueden influir considerablemente en el estado y aspecto de nuestra piel y acelerar la aparición de flacidez. La piel se atrofia ligeramente y pierde densidad de colágeno, haciéndose cada vez más fina la dermis y con cierta atrofia del tejido celular subcutáneo en otras áreas. Existen determinadas zonas corporales donde la piel es más fina porque la dermis es más delgada y son estas zonas aquellas en las que la flacidez se suele presentar de una forma más precoz. Nos referimos a zonas como la cara interna de los brazos y la cara interna de los muslos donde se muestra una piel más frágil y delgada más precozmente, haciéndose una piel más sensible y también menos elástica.
Aunque hay que tener en cuenta que la pérdida de densidad dérmica es un proceso natural del envejecimiento hoy día contamos con tratamientos eficaces contra la flacidez que ofrecen resultados satisfactorios en pocas sesiones. En IML contamos con tratamientos eficaces contra la flacidez como Morpheus, Radiofrecuencia Fraccional Mínimamente Invasiva que aborda el problema de la flacidez en tres sesiones con resultados muy satisfactorios. Contamos con otros tratamientos no quirúrgicos para corregir la flacidez como los hilos tensores y las tramas de hialurónico y silicio. Cuando la flacidez es muy marcada y la piel sobrante es mucha, es posible que la corrección de la flacidez sea quirúgica, mediante una reducción de la cantidad de la piel sobrante de la zona con cirugías como el lifting de brazos o de muslos o la abdominoplastia.