En Instituto Médico Láser eliminamos las arrugas de expresión mediante toxina botulínica.
La toxina botulínica tipo A es un compuesto farmacológico basado en la acción de la neurotoxina derivada de la bacteria Clostridium Botulinum o toxina botulínica tipo A purificada. Esta molécula actúa bloqueando el neurotransmisor que lleva el impulso nervioso hasta el músculo, inhibiendo la contracción excesiva de los músculos faciales, responsables de las arrugas secundarias de la mímica facial, sin producir cambios radicales ni lesiones en las estructuras nerviosas.
En Instituto Médico Láser eliminamos las arrugas de expresión mediante toxina botulínica. La toxina botulínica es un compuesto farmacológico, que bloquea temporalmente el neurotransmisor encargado de llevar el impulso nervioso hasta el músculo.
Este tratamiento consigue inhibir temporalmente la contracción excesiva en los músculos faciales, que son los responsables de que aparezcan las arrugas de expresión.
Los tratamientos de toxina botulínica han cobrado especial popularidad, por sus resultados naturales y efectivos, sin necesidad de cambios radicales.
Uno de los motivos por el que la toxina botulínica se ha convertido en uno de los tratamientos más realizados a nivel mundial es su sencilla aplicación y su eficacia única en el tratamiento de las arrugas de expresión.
En IML contamos con profesionales médicos con alta experiencia en el uso de toxina botulínica, en tratamientos que pueden realizarse con varios objetivos:
En los tratamientos utilizamos toxina botulínica de tipo A, comercializada por varias marcas como, Vistabel® o Azzalure®.
Se realizan mediante infiltraciones del producto delicadas y precisas realizadas con agujas muy finas en la región facial sobre la que se desea actuar.
El efecto de la toxina botulínica se aprecia transcurridos los primeros 3-4 días, cuando la musculatura facial de la zona comienza a relajarse.
Ayuda a mejorar y embellecer la mirada, relajar la expresión y rejuvenecer intensamente con un resultado muy natural actuando sobre los músculos faciales y a obtener un una mejoría de la estética facial generalizada.
Más información
La aplicación de la toxina botulínica es todo un arte en las manos del médico experto. Para obtener resultados naturales con la toxina botulínica y evitar rostros inexpresivos es imprescindible que el médico tenga un conocimiento profundo de la musculatura facial , así como prestar atención a las variaciones anatómicas que puede presentar cada paciente.
Antes de infiltrar la toxina botulínica, nuestros médicos realizan una exploración completa de la musculatura facial del paciente, además de preguntarle cuáles son las zonas que menos le agradan de su tercio superior facial. La respuesta a esta pregunta suele ser:
Instituto Médico Láser de Madrid aplica el medicamento aprobado para arrugas de expresión, que es la toxina botulínica de tipo A comercializada como Bocouture®, Vistabel® o Azzalure®, para lo cual es necesario disponer de un almacén de medicamentos tutelado por la Consejería de Farmacia y directamente por una farmacia autorizada.
El procedimiento es muy sencillo, ya que consiste en infiltraciones con una aguja muy fina en unos puntos predeterminados de la región facial. Al paralizarse suavemente los músculos, se produce un borrado de las arrugas que dura aproximadamente 6-8 meses. Transcurrido este tiempo, si el paciente lo desea, puede volver a aplicarse el tratamiento.
Tradicionalmente, el tratamiento con toxina botulínica se ha aplicado en el tercio superior facial para corregir las arrugas de expresión que se producen en zonas como entrecejo, patas de gallo o arrugas horizontales de la frente . Con el paso del tiempo, la aplicación de la toxina botulínica ha evolucionado de forma que se emplea para mejorar y embellecer la mirada de forma integral, tratando otros músculos faciales complementarios como los que producen una elevación o arqueamiento de las cejas.
La perfección de la técnica permite que hoy en día se realicen retoques estratégicos en otras regiones faciales además de las arrugas en la frente, aplicando de forma aislada la toxina botulínica, en combinación con otros productos como los materiales de relleno, la mesoterapia facial, la bioestimulación o la radiofrecuencia, entre otros, con el objetivo de corregir diferentes problemas estéticos, tales como:
Cualquier tratamiento con toxina botulínica se realiza de una forma muy rápida. En la mayoría de los casos solo requiere de unos 20-30 minutos para la infiltración y, desde ese momento, los efectos duran de media 6 meses.
Los efectos de la toxina botulínica comienzan a producirse desde el mismo momento de la infiltración. El paciente puede tardar entre 2 y 3 días en notarlos visiblemente en su forma definitiva.
La toxina botulínica es un tratamiento poco invasivo y que, por tanto, apenas provoca efectos secundarios. En la mayoría de casos en que tienen presencia se limitan a pequeños eritemas, hematomas o cefaleas transitorias.
Nuestros médicos expertos en IML indican los cuidados requeridos en el postoperatorio que, en caso de no seguirse, sí pueden motivar la difusión local de la toxina botulínica, con efectos en otros grupos musculares que siempre son reversibles.
No se deben someter a tratamiento con toxina botulínica los pacientes alérgicos al complejo de la neurotoxina o a sus excipientes o los pacientes con enfermedades neuromusculares (Eaton Lambert , Miastenia gravis…). No está aprobado su uso durante el embarazo, lactancia, en menores de 18 años o mayores de 65. También existen ciertos medicamentos que pueden potenciar o disminuir su efecto.
La toxina botulínica es también un tratamiento destacable en IML porque puede combinarse con otros tratamientos, como rellenos faciales, peelings, radiofrecuencia, luz pulsada intensa (IPL) y otras intervenciones con cirugía.
En IML nuestros profesionales podrán aconsejarte sobre el mejor tratamiento de toxina botulínica, en función de los objetivos que desees alcanzar. Todos ellos ofrecen unos resultados inmediatos, seguros y sobre todo muy naturales.
Galería Multimedia sobre el tratamiento de Toxina Botulínica en IML Madrid.
El ácido poliláctico es una sustancia biocompatible y reabsorbible que se utiliza en Medicina como componente de los hilos de suturas reabsorbibles y como relleno facial , para corregir pliegues o surcos como el surco nasogeniano o las líneas de marioneta.