El prolapso genital consiste en el descenso o caída de la vagina. Algunas pacientes incluso sufren también descenso del resto de órganos pelvianos. En estas pacientes las alteraciones de los tejidos han afectado al suelo pélvico por la dilatación de los músculos y ligamentos que lo conforman. En IML contamos con una técnica mínimamente invasiva, que puede corregir estas situaciones.
La gravedad del prolapso genital puede variar entre cada paciente. Pero por lo general la sensación siempre es la misma. La mujer siente como un «peso» en sus genitales. Esta sensación de que hay presencia de un volumen, se hace aún más intensa cuando realiza cualquier esfuerzo.
Además, también se distinguen dos tipos de prolapso genital, en función de su posición. En el caso de que el prolapso sea anterior, se denomina cistocele. Si el prolapso es posterior, es identificado como rectocele. Ambos se solucionan mediante un tratamiento de cirugía apropiado.