Otras técnicas específicas
En IML Clinic contamos con distintas técnicas para celulitis dura o fibrosa
La celulitis dura o fibrosa es visiblemente reconocible por sus nódulos y hoyuelos: la piel presenta irregularidades que alternan pequeñas depresiones y abultamiento. Es el tipo de piel naranja más compacta.
Suele localizarse en piernas, glúteos, rodillas y pantorrillas. Puede provocar molestias al tacto si llega a comprimir algunas terminaciones nerviosas.
La celulitis dura es la que aparece más frecuentemente en mujeres jóvenes.
La celulitis fibrosa o dura no necesariamente tiene que estar vinculada a un exceso de peso, aunque el sobrepeso y la obesidad suelen empeorar la situación.
Se debe a la acumulación de grasa subcutánea entremezclada con tejido conectivo fibroso hipertrofiado, que es más duro.
La celulitis es un problema estético crónico y depende de múltiples factores.
Dentro de los tratamientos para la celulitis, los tratamientos para la celulitis dura que mejor resultado ofrecen son, entre otros, las ondas de choque, la carboxiterapia, la ozonoterapia y la mesoterapia.
La combinación ideal del mejor tratamiento para la celulitis dura, la selecciona el médico en consulta, tras realizarte un diagnóstico y una historia clínica.
Las fibras de colágeno y elastina dan la fuerza y estructura específicas a la piel. Estas fibras forman compartimentos con la grasa del tejido celular subcutáneo al que, en condiciones normales, provee de soporte estructural y aislamiento.
Pero tras el aumento de las hormonas estrogénicas en la pubertad puede aparecer la celulitis dura. Cuando aparece la celulitis fibrosa, estos compartimentos para el tejido graso se llenan en exceso de células grasas y se hacen rígidos, por lo que las fibras elásticas no pueden contenerlas. Las fibras se dilatan o rompen y los nódulos de grasa protruyen hacia la superficie de la piel.
En la celulitis fibrosa, la matriz extracelular intersticial se hace más densa y adquiere consistencia de gel, con menor elasticidad. Junto con ello aparece una alteración de los fibroblastos con alteración de la composición de la piel en relación a las fibras elásticas, así como de los glucosaminoglicanos. Las trabéculas que compartimentan el tejido celular subcutáneo se hacen más rígidas y gruesas y tiran de la piel hacia dentro. Es el motivo por el que aparece el efecto de piel de naranja o “efecto capitoné”, característico de la celulitis dura.
Nuestra experiencia demuestra que los resultados obtenidos son superiores cuando personalizamos al máximo el tratamiento mediante la combinación de técnicas, junto con el seguimiento de ciertas pautas nutricionales y de estilo de vida saludable.
Además, el paciente debe tener en cuenta que para mantener los resultados es necesario ser constante en los buenos hábitos y realizar sesiones de recuerdo.