Después de aplicar la infiltración, la zona de la piel en la que se ha realizado el tratamiento puede presentar un tono amarillento. Al cabo de unas horas desaparece.
La coloración se debe a un proceso de vasoconstricción de los vasos en la zona, que permiten que la emulsión se incorpore bien a la dermis. Es algo natural y, de hecho, una demostración de que el nivel de infiltración ha sido el correcto.
También aparecerá durante las siguientes 48 horas, un eritema suave, por vasodilatación reactiva. Se debe a la estimulación de las células y componentes vasculares y perivasculares.
Esta vasodilatación favorece un mayor aporte de nutrientes y oxígeno a las células de la piel, que estarán activadas y aumentarán la producción de sustancias estructurales como ácido hialurónico, fibras de colágeno y silicio orgánico.