El ácido hialurónico es un polisacárido presente en la matriz extracelular . Tiene un alto poder de retención de moléculas de agua e interviene en la proliferación celular.
Se encuentra principalmente en piel, tejido conectivo y cartílagos .
Su estructura química es la misma en todos los tejidos y en todas las especies. Esta biocompatibilidad permite utilizarla en Medicina Estética con diferentes aplicaciones:
La membrana celular es la responsable de generar el ácido hialurónico, cuya vida media en la piel es limitada, alrededor de 24 horas. Los radicales libres, las fuerzas mecánicas y las hialuronidasas rompen las cadenas de ácido hialurónico.
El ácido hialurónico es una molécula naturalmente presente en las células
El ácido hialurónico cumple con distintas funciones fisiológicas:
En Medicina Estética Facial , el ácido hialurónico se infiltra para revitalizar e hidratar la piel, para rellenar surcos o arrugas estáticas, para corregir defectos en la nariz y para crear volúmenes.
Debido a que el ácido hialurónico se degrada muy rápidamente en el organismo, se realiza una modificación en su molécula con el fin de aumentar su durabilidad.
El proceso por el que se modifica la molécula del ácido hialurónico se denomina estabilización , que consiste en enlazar sus moléculas para mantener la forma tridimensional del ácido hialurónico natural con el mínimo número de enlaces.
Según su densidad, existen dos tipos de ácido hialurónico:
Es el ácido hialurónico cuyas moléculas se unen entre sí en forma de malla tridimensional , lo cual es interesante para rellenar surcos o depresiones y para reponer volúmenes perdidos.
El ácido hialurónico reticulado se infiltra a mayor profundidad que el no reticulado.
Es el ácido hialurónico cuyas moléculas no forman una retícula o malla, sino que están separadas unas de otras.
La densidad del ácido hialurónico no reticulado es menor y se infiltra en planos menos profundos que el reticulado.
Está indicado para la hidratación y revitalización de la piel y puede infiltrarse junto con antioxidantes, vitaminas y aminoácidos.
El ácido hialurónico no reticulado hidrata y revitaliza la piel; el reticulado aporta volumen y corrige surcos
El protocolo de infiltración de ácido hialurónico es confortable y rápido para el paciente.
El médico, tras realizar una historia clínica completa y examinar el rostro del paciente y sus particularidades , desinfecta la piel.
Si el paciente muestra poca tolerancia a la infiltración, se puede aplicar anestesia local o frío local para reducir la molestia.
La aguja con la que se inyecta el ácido hialurónico es muy fina, de 30G.
Cuanto menor es la densidad del ácido hialurónico, más superficial debe ser su infiltración.
De entre las diferentes técnicas de infiltración del ácido hialurónico destacan:
Tras el tratamiento, el paciente puede presentar algún hematoma en el punto de punción, que se reabsorbe de forma natural por el organismo. Se recomienda no someter a presión o a masajes la zona tratada.
El paciente puede retomar su actividad normal inmediatamente.
El ácido hialurónico voluminiza y corrige arrugas profundas con resultados naturales
Al igual que con todos los implantes inyectables, pueden aparecer edemas y enrojecimiento durante uno o dos días.
Existe una incompatibilidad reconocida con las sales de Amonio Cuaternario como el Cloruro de Benzalconio. Por lo tanto es conveniente no ponerlo nunca, en contacto con dichos productos, ni con material medico quirúrgico que haya sido tratado con este tipo de producto.
No se han estudiado interacciones con otros implantes de relleno por lo que se deben extremar las precauciones en caso de presencia de otro implante de relleno en la dermis.
El ácido hialurónico permanece en el lugar de
inyección y tiene efectos duraderos.
Una mención especial merece el relleno de alta densidad y trabeculado.
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